Primero has un pequeño ritual de purificación en ti (ya sea mediante un baño, mediante un sahumado) y medita unos instantes. Procede también a limpiar el lugar con incienso o benjuí, ya sea con una varilla o mejor, con un sahumador o incensario. Tambien puedes emplear para purificar el área ritual agua y sal consagradas.

Luego dispone de todo lo que necesites para el ritual. Preferentemente, realízalo a la noche, a la vista de la luna si es posible. Puedes utilizar flores blancas, plata, y otros símbolos lunares para que estén en el altar para este ritual.

Prepara el altar, prende las velas, y el incensario, y traza el círculo mágico. Acuérdate de llamar a los Guardianes de los Atalayas y al Dios y a la Diosa. Ahora contempla la Luna si es posible. Sino, visualízala. Cierra tus ojos. Siente sus energías inundando tu cuerpo. Siente la fresca energía de la Diosa que te lava con su poder y amor.

En este momento puedes hablarle a la Diosa. Dile lo que te nazca del corazón. Puedes hacer una reflexión sobre el período de la Rueda Anual en la que te encuentras o algo que te desees confiarle.

Si lo deseas, es el momento de hacer un trabajo mágico aprovechando la energía de la Luna Llena. Esto es estrictamente necesario. Acuérdate que el Esbat es una celebración a la Señora. Luego puedes ingerir aquello que has ofrecido a los Dioses o algo que quieras beber y comer para sentar las energías a este plano. Para ello también apoya tus palmas y plantas en el suelo, y visualiza como toda esa energía sobrante vuelve a la tierra. Es necesario hacer esto ya que si no podemos descentrarnos.

Ahora puedes despedir a los Dioses, a los Guardianes y abrir el Círculo.